viernes, 8 de febrero de 2013

El Idioma Español

El idioma español

El idioma español o castellano es una lengua romance del grupo ibérico. Es hablado principalmente en España, Hispanoamérica,Estados Unidos y Guinea Ecuatorial, y es la segunda lengua más hablada del mundo por el número de personas que la tienen comolengua materna, tras el chino mandarín22 23 24 25 con 420 millones de hablantes nativos,26 y lo hablan como primera y segunda lengua más de 460 millones,27 superando los 500 millones de personas si contamos a los que lo han aprendido como lengua extranjera,28 29 30 31 32 pudiendo ser la tercera lengua más hablada por el total de hablantes,32 33 34 35 con más de 20 millones de estudiantes,36 y la segunda en comunicación internacional tras el inglés.37 El español posee la tercera mayor población alfabetizada del mundo (un 5,47% del total), es la tercera lengua más utilizada para la producción de información en los medios de comunicación,38 y la tercera lengua con más usuarios de Internet (164 millones, 7,8% del total).39 Es uno de los seis idiomas oficiales de la ONU40 . Es también idioma oficial en varias de las principales organizaciones político-económicas internacionales (UE,41 UA,42 OEA,43 OEI,44 TLCAN,45 Unasur,46 Caricom,47 ACP,48 y el Tratado Antártico,49 entre otras) y del ámbito deportivo (FIFA,50 COI,51 IAAF,52 etc.).
El español, como las otras lenguas romances, es una continuación moderna del latín hablado (denominado latín vulgar), desde elsiglo III, que tras el desmembramiento del Imperio romano fue divergiendo de las otras variantes del latín que se hablaban en las distintas provincias del antiguo Imperio, dando lugar mediante una lenta evolución a las distintas lenguas romances. Debido a su propagación por América, el español es, con diferencia, la lengua romance que ha logrado mayor difusión.

España y La Edad Media

España y La Edad Media

Historia medieval o Edad Media de España es la denominación historiográfica de un periodo de más de mil años, entre los siglos V y XV, en el marco territorial completo de la península Ibérica, cuya identificación con la España actual ha sido objeto de debate esencialista acerca de qué sea España.1
Como hitos inicial y final suelen considerarse las invasiones germánicas de 4092 y la conquista de Granada de 1492.3
El reino visigodo, a partir de la batalla de Vouillé (507), abandonó su presencia en Galia y se centró en las antiguas provincias romanas de Hispania. Fracasado el intento de construir una sociedad dual, en la que la minoría visigoda se mantuviera rígidamente separada de la mayoría hispano-romana, a partir del III Concilio de Toledo (589) se fomentó la construcción de una sociedad y cultura comunes, con un gran peso de las instituciones eclesiásticas, bien adaptadas a las estructuras pre-feudales que se venían imponiendo paulatinamente desde la época tardorromana. Las debilidades internas no desaparecieron, permitiendo el rápido éxito de la invasión árabe de 711, que inauguró una prolongada presencia musulmana en España, redenominada como al-Ándalus. En el periodo del Califato de Córdoba (929-1031) alcanzó su cumbre, convirtiéndose en una potencia económica y militar e iniciando una verdadera "edad de oro" cultural que se prolongó mucho más allá de su desaparición como entidad política.
El surgimiento, consolidación y crecimiento de los reinos cristianos medievales peninsulares convirtieron ese periodo de ocho siglos, desde su punto de vista, en una "Reconquista" y "Repoblación" de todo el espacio peninsular, al que ya se denominaba "España" en las nacientes lenguas romances.4 Se construyó una sociedad segregada en comunidades definidas de forma étnico-religiosa (judíos, moros y cristianos, en expresión de Américo Castro);5 y fuertemente militarizada (como la geografía, que se llenó de castillos); para la que el uso del término "feudalismo" es objeto de debate historiográfico.6 En lo que hay un consenso generalizado es en destacar el hecho de que, para la configuración de su personalidad histórica, fue decisiva la condición fronteriza cambiante que todas las zonas vivieron en una u otra ocasión.7 No obstante, las relaciones no fueron siempre violentas: oscilaron entre el enfrentamiento y la tolerancia, permitiendo activos intercambios demográficos, económicos y culturales. Muy frecuentemente, huestes cristianas fueron empleadas por musulmanes, y viceversa. Sólo en algunas ocasiones decisivas se produjeron enfrentamientos entre extensas coaliciones que respondían nítidamente a la división religiosa.
Hasta el siglo XI el predominio fue claramente musulmán. En la Plena Edad Media (el periodo de las cruzadas), entre la conquista de Toledo (1085) y la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) la situación pasó por distintos puntos de equilibrio, pues los espectaculares avances cristianos conseguidos ante la división andalusí en taifas fueron frenados e incluso revertidos en los momentos en que los imperios norteafricanos almorávide y almohade impusieron su unificación bajo un rigorismo religioso. Las décadas centrales del siglo XIII presenciaron decisivas conquistas cristianas, que dejaron el territorio musulmán reducido al emirato nazarí de Granada, mientras que la estructura territorial peninsular conformaba la denominada "España de los cinco reinos" (el de Granada, el de Portugalel de Navarra y las Coronas de Castilla y de Aragón).8 En los siguientes dos siglos el proceso reconquistador prácticamente se detuvo, en un contexto de crisis general que incluyó transformaciones estructurales de envergadura (el inicio de la transición del feudalismo al capitalismo), graves conflictos sociales y continuas guerras civiles; mientras surgían las instituciones españolas del Antiguo Régimen, de gran proyección posterior.
La unión de los Reyes Católicos y su compleja política matrimonial permitió, en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, la construcción de una Monarquía Hispánica cuya naturaleza y niveles de integración es, en sí mismo, otro problema historiográfico. Simultáneamente se desarrollaba la Era de los Descubrimientos, cuyo primer beneficiario fue Portugal, que para esa época podía ser vista como la primera monarquía autoritaria de Europa occidental en constituir un Estado moderno (o nación-Estado), condición que se disputa con la propia España (de cuyo destino común no se separó hasta 1640) y los reinos de Inglaterra y Francia.9


El Despertar Cultural

  El  Despertar Cultural


La concepción de la Edad Media como un período de largo y uniforme estancamiento cultural y del Renacimiento como un súbito despertar hace mucho que ha sido superada. Hay un renacimiento de la cultura con Carlomagno y otro, más impresionante aún, en el siglo XII. En este siglo se dio en la mayor parte del occidente europeo no sólo un resurgir de la cultura, cuyo logro más permanente fue la fundación de las universidades, sino también cambios de gran trascendencia en otras facetas de la vida. Crecieron las ciudades, y, con ellas, una economía monetaria y una nobleza cada vez más refinada, que se encuentra, parece, estrechamente en relación con la difusión del amor cortés; se abrieron nuevas rutas comerciales; florecieron las peregrinaciones, y las Cruzadas, que comenzaron en 1096, prosiguieron a través de esta centuria. A comienzos del siglo XIII las órdenes mendicantes de frailes —franciscanos y dominicos— dieron otro modo de expresión a la nueva movilidad del hombre europeo. En la Iglesia y el estado, tendencias centralizadoras les dieron a ambos una mayor estabilidad, que fomentó la expansión de las comunicaciones y la economía, y a la vez se benefició de ellas



Las causas de este desarrollo y sus relaciones con el renacimiento intelectual siguen aún en debate. En cualquier caso, la vida intelectual del occidente europeo se vio enriquecida por la traducción al latín de obras cultas del árabe principalmente, pero también del griego y del hebreo, lo que constituyó uno de los primeros aspectos en que se advirtió el resurgimiento y que paradójicamente se llevó a cabo primero y de modo más intenso en Italia y España (aunque en Italia el desarrollo de la literatura romance se produjo tarde y España sufrió un retraso en casi todos los aspectos). El sur de Italia y España, sobre todo, fueron las únicas zonas de Europa colonizadas por pueblos de habla árabe, y sus condiciones fueron óptimas para la transmisión de la cultura arábiga; el retraso de España bajo otros aspectos es, empero, menos explicable.

España constituye una excepción al respecto. Cataluña, por estos tiempos, bajo muchos aspectos, era más francesa que española, y el sur de la península se hallaba todavía bajo el dominio árabe; los reinos cristianos desde Portugal hasta Aragón muestran, empero, un esquema totalmente diverso del resto de Europa occidental. Si exceptuamos el campo de las traducciones, los rasgos típicos del renacimiento del siglo XII no aparecieron en España hasta el siglo xm: la primera universidad se fundó probablemente entre 1208 y 1214 en Palencia; la literatura romance culta (la lírica inspirada por la provenzal) surge a fines del siglo XII en Portugal y Galicia; en Castilla no la hallamos (salvo la épica que autores cultos compusieron en el estilo tradicional y una corta obra teatral) hasta las primeras décadas del siglo XIII; la arquitectura gótica, floreciente en Francia desde 1140 en adelante, no afecta a las catedrales españolas hasta los años 1220. Es insuficiente todavía lo que sabemos acerca de las condiciones sociales y económicas de España en el siglo XII, pero los cambios parece que fueron de advenimiento más retardado que al norte de los Alpes 3. Aún dentro de ese otro fenómeno del siglo XII que son las Cruzadas, España constituye una excepción dentro del mapa europeo: con el Islam activamente peligroso dentro de la península no pudo darse opción a la partida hacia Tierra Santa a muchos caballeros, y los monarcas hispánicos no mostraron ni siquiera un tibio interés por esta empresa hasta ya avanzado el siglo XIn 4. El mismo panorama se nos presenta por lo que atañe a la cultura latina: no se da en España en el siglo XII una importante contribución original en el desarrollo filosófico, y su aportación en el campo literario, aunque respetable, no es sobresaliente; la lírica en latín cuenta con escasa representación s. El retraso de España se refleja incluso en minúsculos detalles: el autor del Libro de Alexandre, por ejemplo, en el siglo xm, establece las metas literarias de su obra en términos muy semejantes a los que usara Chrétien de Troyes en el siglo anterior 6; e idéntica analogía e igual distancia cronológica se descubre entre el programa literario de Berceo y el de Wace y otros poetas anglo-normandos.
Este retraso no puede atribuirse a falta de contactos con el exterior: el siglo XI señala, en efecto, el punto culminante de la penetración francesa en España con la próspera ruta de peregrinos a Santiago de Compostela, la ayuda en la pugna contra los moros, el establecimiento de barrios comerciales en numerosas ciudades españolas y, finalmente, el dominio ejercido sobre la iglesia castellana por los reformados monjes cluniacenses. Este poderoso influjo llevó a la sustitución de la liturgia autóctona española (el rito mozárabe), y, aunque menos directamente, del tipo de escritura originario de España (la visigótica), por las formas entonces en uso en la Europa occidental 7. Ni tampoco ha de achacarse este retraso a la lenta difusión de las obras literarias a través de los Pirineos; bajo circunstancias propicias, las influencias extranjeras podían ser rápidamente asimiladas.
El factor responsable de este retraso ha de buscarse más bien en la historia interna del siglo XII. Ya hemos aludido anteriormente a la pugna del Cid para conservar la ciudad de Valencia frente al embate de los almorávides invasores; esta pugna es un ejemplo aislado de resistencia coronada por el éXIto. La liberación total de la península se hallaba ya a la vista con la toma de Toledo por Alfonso VI en 1085, pero la intervención de los almorávides hizo retroceder la Reconquista y, con la decadencia del poder de éstos, una nueva oleada del Islam fanático, los almohades, invadió España. Desde 1145 los españoles se hallaron de nuevo a la defensiva, y aun sufrieron en 1195 una aplastante derrota en el encuentro de Alarcos. El impacto de más largo alcance de estas invasiones lo constituye probablemente el hecho de que la tolerancia mutua, a pesar de las guerras, que había eXIstido por largo tiempo entre árabes, cristianos y judíos, dio lugar a un clima de sospechas, intransigencia y persecución, aunque las ciudades mantuvieran su antigua actitud por más tiempo que las zonas rurales. Las prósperas y brillantes comunidades judías de Andalucía se vieron obligadas a buscar refugio en el norte cristiano, cuya vida, bajo el aspecto cultural y económico, enriquecieron; la persecución, empero, se extendió a las ciudades cristianas, y España se vio, en fin de cuentas, privada de las aportaciones que por largo tiempo habían hecho árabes y judíos y que, de no ser por este encono, hubieran continuado.

El factor decisivo para el cambio vino ahora del campo militar. El desastre de Alarcos se vio compensado por la victoria de las Navas de Tolosa (1212), en la que el ejército de Castilla, con la ayuda que viniera de León, de Aragón y de allende los Pirineos, desmembró el poder de los almohades. Cinco años después Fernando III (más tarde canonizado), uno de los más grandes reyes de Castilla, subió al trono, unió de nuevo Castilla y León en 1230 y, poco después, reemprendió la empresa de la Reconquista, a una escala desconocida desde la conquista de Toledo. Córdoba, centro en otro tiempo del poder árabe, fue conquistada en 1236 (dos años después los aragoneses conquistan, a su vez, la ciudad de Valencia); Murcia cayó en 1243, en 1248 Sevilla y, finalmente, Cádiz en 1250.
Quedaba tan sólo el reino de Granada, que bien hubiera podido ser conquistado de no morir Fernando en 1252. Aunque Aragón y Portugal participaron con éxito en la tarea, cupieron a Castilla la mayor parte y los mayores beneficios de la misma. Esta expansión militar trajo consigo aparejada la recuperación económica unida a la renovación de energías, autoconfianza y desarrollo de la educación. Por el tiempo de la batalla de las Navas de Tolosa se funda, en efecto, la universidad de Palencia, y en pocas décadas las de Salamanca y Valladolid. El desarrollo literario es igualmente impresionante: Castilla, a mediados de siglo, contaba ya con una floreciente tradición de poesía narrativa culta y con las primeras obras importantes en prosa romance.

2. La cuaderna vía
En este período, si bien hay algunos poemas narrativos en versos cortos y a menudo irregulares, se utiliza otro tipo de versificación en un importante y casi homogéneo grupo de poemas: nos referimos al sistema denominado «cuaderna vía» que se sirve de estrofas de cuatro versos de catorce sílabas (alejandrinos), con cesura en medio y rima consonante (AAAA, BBBB, etc.). Entre estos poemas se da una regularidad mucho mayor que en el resto de la producción poética del período, y algunos hay que se sitúan muy próXImos a una regularidad total. No acaban de ponerse de acuerdo los críticos de si hay que considerar este rasgo como un factor corriente de la cuaderna vía. Se emplea frecuentemente el término «mester de clerecía» como equivalente del de cuaderna vía, o para caracterizar todos los poemas de esta índole, pero estos significados resultan erróneos, especialmente cuando el «mester de juglaría» se presenta como el contrario del de clerecía. La poesía narrativa medieval hispánica no estuvo, en efecto, dividida en dos compartimentos estancos, ni los juglares compusieron todos, ni muchos siquiera, de los poemas que no entran en el sistema de cuaderna vía; resulta imposible, por otra parte, agrupar todos los poemas compuestos en cuaderna vía dentro de un solo conjunto8. Es lícito, sin embargo, la aplicación del término mester de clerecía a los poemas en cuaderna vía del siglo XIn; poseen, en efecto, aparte de un mismo esquema métrico, un idéntico entorno, los monasterios de Castilla la Vieja (indubitable en algunos casos, en otros probable). Se hallan además muy próXImos entre sí desde el punto de vista cronológico (se compusieron a pocas décadas de distancia), y dejan entrever una conciencia cultural homogéviea, siendo frecuentes entre ellos préstamos y reminiscencias recíprocas. Los poemas en cuaderna vía en el siglo XIv constituirán, por su parte, un conjunto de índole totalmente diversa.

3. Gonzalo de Berceo
Aunque sigue siendo incierta aún la cronología de estas composiciones, la prioridad dentro del nuevo sistema de versificación se la disputan Berceo y elLibro de Alexandre. La nueva modalidad constituye, sin duda, una adaptación de una forma métrica que se daba en otras literaturas, entre las que se ha mencionado a la francesa y a la latina.

Feudalismo


Feudalismo



Feudalismo es la denominación historiográfica del sistema político predominante en la Europa occidental de los siglos centrales de laEdad Media (Plena Edad Media, entre los siglos IX al XV):, caracterizado por la descentralización del poder político; al basarse en la difusión del poder desde la cúspide (donde en teoría se encontraban el emperador y los reyes) hacia la base (donde el poder local se ejercía de forma efectiva con gran autonomía o independencia en la práctica por nobles de muy distintas denominaciones, basadas en las del Imperio carolingio -duquesmarquesescondesbaronescaballeros, etc.-). Es habitual emplear la expresión "pirámide feudal" como analogía para explicar didácticamente las relaciones sociales creadas por el feudalismo, y que se prolongaron mucho más en el tiempo con la sociedad estamental del Antiguo régimen, en un contexto histórico marcadamente diferente al de su origen.1
El término «feudalismo» también se utiliza historiográficamente para denominar las formaciones sociales históricas caracterizadas por elmodo de producción que el materialismo histórico (la historiografía marxista) denomina feudal.2
Como formación económico-social, el feudalismo se inició en la Antigüedad tardía con la transición del modo de producción esclavista al feudal; a partir de la crisis del siglo III y sobre todo con la disolución del Imperio romano de Occidente (siglo V) y la formación de losreinos germánicos y el Imperio carolingio (siglos VIII y IX).
Fundamentado en distintas tradiciones jurídicas (tanto del derecho romano como del derecho germánico -relaciones de clientela, séquito y vasallaje-), el feudalismo respondió a la inseguridad e inestabilidad de la época de las invasiones que se fueron sucediendo durante siglos (pueblos germánicoseslavosmagiaresmusulmanesvikingos). Ante la incapacidad de las instituciones estatales, muy lejanas, la única seguridad provenía de las autoridades locales, nobles laicos o eclesiásticos, que controlaban castillos o monasterios fortificados en entornos rurales, convertidos en los nuevos centros de poder ante la decadencia de las ciudades.
Desde el punto de vista institucionalista, el feudalismo fue el conjunto de instituciones creadas en torno a una relación muy específica: la que se establecía entre un hombre libre (el vasallo), que recibía la concesión de un bien (el feudo) por parte de otro hombre libre (el señor), ante el que se encomendaba en una ceremonia codificada (el homenaje) que representaba el establecimiento de un contrato sinalagmático (de obligaciones recíprocas).3 Esta serie de obligaciones recíprocas, militares y legales, establecidas entre la nobleza guerrera; giraba en torno a tres conceptos clave: señor, vasallo y feudo. Entre señor y vasallo se establecían las relaciones de vasallaje, esencialmente políticas. En el feudo, entendido como unidad socio-económica o de producción, se establecían relaciones de muy distinta naturaleza, entre el señor y los siervos; que desde la historiografía marxista se explican como resultado de una coerción extraeconómica por la que el señor extraía el excedente productivo al campesino. La forma más evidente de renta feudal era la realización por los siervos de prestaciones de trabajo (corveas o sernas); con lo que el espacio físico del feudo se dividía entre la reserva señorial o reserva dominical (donde se concentraba la producción del excedente) y los mansos (donde se concentraba la producción imprescindible para la reproducción de la fuerza de trabajo campesina). En otras formas, los siervos se obligaban a distintos tipos de pago; como una parte de la cosecha o un pago fijo, que podía realizarse en especie o en moneda (forma poco usual hasta el final de la Edad Media, dado que en siglos anteriores la circulación monetaria, y de hecho todo tipo de intercambios, se reducían al mínimo), a los que se añadían todo tipo dederechos y monopolios señoriales.4

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Contexto Histórico y Social De La Edad media En España

Contexto Histórico y Social De La Edad media En España

Comienza con la caída del Imperio Romano (Siglo V) hasta el Renacimiento (Siglo XV)
-Alta Edad Media: Feudos- Cruzadas (Siglos IX al XIII)
-Baja Edad media: A partir del Siglo XIV cuando comienza la crisis

Feudalismo:
Las tradiciones romanas fueron suplantadas por las africanas y sirias. Luego de la muerte de Carlomagno (Siglo IX) , el imperio comenzó a disgregarse y se produjeron guerras que terminaron con el Tratado de Verdún. Así fue como se repartieron los territorios y los condes ganaron autonomía por la aparición de nuevos invasores (árabes). Poco a poco se fueron formando los feudos.
El feudo era otorgado a un noble por el rey a cambio de algún servicio (administrativo, militar o económico). Este noble (señor feudal) ofrecía vivienda al siervo a cambio de su trabajo en las tierras.

Sociedad Medieval:
Nobles: Personas que han gozado a lo largo de la historia de diversos privilegios, derechos y honores especiales que les hacían ser considerados superiores a otros sectores sociales.
Cortesanos: Tenían que saber luchar, cazar, bailar, hacer música y saber jugar al ajedrez. (hombre polifacético.)
Caballeros: Hombres de noble cuna que, habiendo servido como escuderos, eran ascendidos a ese rango a través de una ceremonia llamada investidura. El aspirante solía prestar juramento de ser valiente, leal y cortés, así como proteger a los indefensos.
Artesanos: Personas que elaboraban distintos tipos de objetos en forma manual.
Moros: Árabes invasores de la Península Ibérica en el Siglo VIII

Escuela literaria española:
Historia de la Edad Media Literaria
Siglo XII
En la Edad Media comienza la Literatura Española con obras de carácter lírico: las jarchas, procedentes de la cultura árabe y de su Literatura. Esto ocurría hasta el siglo XI. Después comienza, con influencias germánicas y francesas, la Literatura Épica: los Cantares de Gesta y los Romances.
Los Cantares de Gesta son obras narrativas en verso en que se cantan las hazañas de una persona o de un grupo colectivo de personas (un pueblo, una raza). Son obras que se basan en hechos históricos y tienen intención didáctica (enseñan unos hechos, los llevan al conocimiento del pueblo) y se transmitían oralmente. Estos Cantares eran recitados o cantados por juglares, y por esto el conjunto de autores dedicados a transmitir estas formas literarias se denominaba oficio o Mester de Juglaría. En el siglo XII Cantar de Gesta más conocido es el Poema de Mío Cid.
El Poema de Mío Cid es el más antiguo de los Cantares de Gesta, conservado hoy casi íntegramente. Menéndez Pidal aporta un conjunto de datos y argumentos para la localización e identificación del autor: Fue escrito hacia 1140, cuarenta años después de la muerte del Cid. El texto que hoy se conserva es una copia firmada por Per Abat en 1304. Los autores originarios debieron de ser dos, cuyos nombres se desconocen. El primero debió ser un juglar de San Esteban de Gormaz, que establecería el plan general de la obra. El segundo, de Medinaceli, reformó la obra del primero en algunos pasajes e introdujo elementos novelescos de los que carecía la primera versión.

Como caracteres más notables del Poema suelen señalarse:
-Su realismo e historicidad en los personajes, en los lugares que se citan y en la batallas que se dan.
-La sobriedad y el movimiento, debido a su estilo directo.
-El reflejo de la sociedad coetánea del héroe castellano.
-Su gran valor lingüístico.
-Sus personajes son de gran valor psicológico.
-Su métrica irregular.
Los Romances de esta época derivan de los Cantares de Gesta tanto en la forma como en el contenido, y por ello se consideran también de la Narrativa.
Los Romances se denominan:
1.Populares o Viejos (siglos XIII-XV: anónimos).
2.Nuevos o Cultos, que se subdividen en:
a.Semipopulares (primera mitad del siglo XVI).
b.Eruditos (segunda mitad del siglo XVI).
c.Artísticos (finales del siglo XVI y todo el siglo XVII).
Los Romances Viejos se clasifican por su tema en: 1. históricos, 2. carolingios, 3. del ciclo bretón, 4. fronterizos, 5. novelescos y 6. líricos.
La notas características de los Romances son: sencillez, manifestada en los diálogos, en el estilo directo y en el uso del presente histórico; sobriedad de la adjetivación; ausencia de temas fantásticos.

Vision del mundo filisofico:
Los filósofos de la Edad Media asumieron más o menos que el cristianismo era lo verdadero, lo que se preguntaban era si todo había de basarse en la fe o si se podían acercar al cristianismo mediante la razón también.

Los dos filósofos más importantes de esta época. Empezamos por San Agustín. Este filósofo, antes de ser cristiano, pasó por muchas otras religiones y corrientes, el estoicismo y el neoplatonismo.

SAN AGUSTÍN (354-430). Representa la transición entre la Antigüedad tardía y el comienzo de la Edad Media. Acabó siendo cristiano pero pasó por corrientes filosóficas muy distintas, por ejemplo el maniqueísmo que era una doctrina de salvación mitad religiosa, mitad filosófica. El mundo está dividido en opuestos (bien y mal, luz y oscuridad, espíritu y materia…). También el estuvo influenciado por la filosofía estoica, donde no existía esa fuerte separación. Al final fue cristiano con gran influencia neoplatonista. Es decir, utilizaba sus razonamientos y la unió con la religión cristiana. Pero afirmo que la razón tenía unos límites. Para llegar más allá se necesita la iluminación divina, y esta sólo se puede conseguir por medio de la fe.

Él y otros Padres de la Iglesia trataron así de unir la forma de pensar judía con la griega. En lo referente a la problemática del mal, opina que el mal es la “ausencia de Dios”, es decir, no existe porque es el “no-bien” por decirlo así. En lo referente a la salvación, cree que dios ya ha elegido a algunos que se salvarán, todos estamos condenados de antemano por el pecado original excepto estos.

Por otro lado distinguió dos ciudades y dos tipos de ciudadanos pero que no se encuentran separados físicamente: “La Ciudad de Dios” y “la Ciudad terrena”. Acabo por identificar la primera con la Iglesia, diciendo que no había salvación fuera de ésta. Por otro lado, fue el primero que introdujo la historia en la filosofía como algo lineal con principio y fin dentro de lo que todo ocurre, debido a que estas es la visión del cristianismo en general y una de sus novedades.

TOMÁS DE AQUINO (1225-1274). Filósofo y teólogo (no había verdadera distinción entre ambas) que se apoyó en muchas teorías de Aristóteles, aplicándolas al cristianismo. Así sintetizó fe y saber, afirmando que mediante la razón se podía llegar a las mismas verdades que las que dice la Biblia.

Sólo existe una verdad, y mediante la razón nos podemos acercar a una parte de ésta, la otra parte está en la Biblia. En muchas partes ambas coinciden. Lo que no se contradice con Aristóteles. Con ésta (la razón) deducimos que tiene que haber una causa original de todo, así como en la moral, que tenemos una conciencia además de habernos dicho en la Biblia cómo quiere que vivamos.

También crea un esquema donde se refleja el grado evolutivo de existencia: en la base están las plantas y animales, en el medio el ser humano que se divide en cuerpo y alma, compartiendo cualidades de lo material y de lo que no lo es, y en la punta los ángeles (sólo inteligencia inmediata) y como cumbre está Dios que lo ve y sabe todo de inmediato, que es pura perfección, puro acto.

También creía que la mujer era inferior al hombre aunque sólo físicamente.